El cambio climático constituye la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta la humanidad.
Problema
El cambio climático es el mal de nuestro tiempo y sus consecuencias
pueden ser devastadoras si no reducimos drásticamente la dependencia de
los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero. De
hecho, los impactos del cambio climático ya son perceptibles y quedan puestos
en evidencia por datos como:
La temperatura media mundial ha aumentado ya 1,1°C desde la época
preindustrial
El período 2015-2019, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM),
será probablemente el quinquenio más cálido jamás registrado
Pero hoy también estamos viendo los impactos económicos y sociales,
que serán cada vez más graves, como:
Daños en las cosechas y en la producción alimentaria
Las sequías
Los riesgos en la salud
Los fenómenos meteorológicos extremos, como danas, tormentas y huracanes
Mega-incendios
En los peores escenarios probables que los expertos reflejan, el aumento de
temperatura podría llegar a los 4,8 ºC para final de siglo. El cambio climático
es un problema global que alcanza una perspectiva ambiental, política,
económica y social en la que las peores previsiones también implican enormes
pérdidas económicas. Y es que cuanto más tardemos en actuar, mucho más elevadas
serán las inversiones para la adaptación al aumento de la temperatura.
El 79% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea
son debidas a la quema de combustibles para usos energéticos o de transporte,
según datos de Eurostat.
Todavía en 2017, el 91% de la energía usada en España provenía de fuentes
no renovables como combustibles fósiles o energía nuclear. De hecho
España, junto con otros cinco países de la Unión Europea, acumulan alrededor
del 70% de todos los gases de efecto invernadero del continente.
«El cambio climático es una realidad que ya va a tener implicaciones
inevitables, pero aún podemos minimizar sus consecuencias más severas»
SOLUCIÓN
El sector
energético, debido a su uso de energías sucias —petróleo, carbón y gas—, es uno
de los mayores contribuidores al calentamiento global. Unas 90 empresas son
responsables de casi las dos terceras partes de las emisiones
mundiales. En España, las grandes eléctricas —Endesa, Iberdrola, Naturgy,
EDP y Viesgo— siguen generando buena parte de su electricidad usando fuentes no
renovables, por eso trabajamos para que este modelo insostenible cambie y se
acelere la transición a un sistema energético eficiente, inteligente, 100%
renovable y democrático.
La revolución energética en manos de la ciudadanía es el
camino: con las energías renovables se conseguirán paliar los efectos
del cambio climático y lograr una eficiencia energética que generará puestos de
trabajo y reducirá los costes de electricidad. Necesitamos prescindir de
los combustibles contaminantes y de la energía nuclear y aumentar la
participación de la ciudadanía para que se beneficie de la transición renovable.
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